El imperialismo se refiere a la política o la práctica de extender el poder y la influencia de una nación sobre otras, generalmente mediante la adquisición de territorios o el establecimiento de control económico y político. Históricamente, el imperialismo ha sido impulsado por motivaciones económicas, políticas y estratégicas.
Durante los siglos XIX y XX, muchas potencias europeas, como Gran Bretaña, Francia, Alemania, España y Portugal, se involucraron en actividades imperialistas. Estas naciones establecieron colonias y protectorados en varias partes del mundo, especialmente en África, Asia y América Latina. El control de estos territorios les permitía acceder a recursos naturales, mano de obra barata y nuevos mercados para sus productos.
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